Tool en Chile: la interminable espera que llega a su fin.
La interminable espera por la visita de esta banda estadounidense llegó a su fin para los chilenos ayer domingo 23 de marzo.
Creo que ya sabemos todo lo que involucra la música y propuesta de TOOL, ¿no?; sin duda el concierto de anoche fue una experiencia mística. Y si pudiera resumir lo que presenciamos, solo se me viene a mente una palabra: CONTUNDENCIA. Contundencia musical, performática, estética, visual y conceptual. Desglosemos: no es fácil hacer propia la lucha budista/hinduista contra el ego de este cuarteto.. un vocalista que se "esconde" al lado de la batería, sin luces que lo hagan resaltar en lo más mínimo más allá de la silueta que genera su oscuridad y la luz de la pantalla led tras él. Y claro, la dedicación exclusiva de las pantallas gigantes para mostrar visuales y -ni por un segundo- a los músicos tocando. Si ves a Tool, te bancas ver a la banda sobre el escenario y nada más; algo que en un contexto de festival con ubicación única (cancha) puede ser frustrante a momentos, sin embargo, terminas entendiendo qué es lo que se busca. Te entregas a la música, a las visuales y a lo que alcances a ver del grupo tocando en el escenario.
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La impecabilidad de la ejecución de Tool en vivo es desbordante. La artesaría que realizan por décadas no ha conseguido más que pulir y hacer aún más brillante composiciones que superan los 20-25 años, y claro, también nuevas canciones que rápidamente han conseguido ubicarse como himnos y clásicos... todo con una actitud y disposición de entrega que me hace ver un quehacer profesional prístino y admirable, propio de una banda que ha sabido ubicarse firme con sus principios en una industria caracterizada por los vicios.
La visita de Tool en Chile estuvo llena de regalos. Para quienes veníamos siguiendo sus setlist en las fechas anteriores a esta gira y otras pasadas, sabíamos más o menos con lo que nos toparíamos. En Argentina no se tocó Schism, el show duró 1 hora y media y estuvo cargado a su disco del 2019 Fear Inoculum. Sin embargo, en Chile la historia fue muy distinta: Solo 2 canciones de su última placa y 4 temas del disco del 2001 LATRALUS, que incluyó ni más ni menos que PARABOL y PARABOLA, canciones que no tocaban desde el 2020 y que hicieron correr las lágrimas por las mejillas de este humilde servidor. También se sumaron Schism y The Grudge. 11 canciones y 15 minutos de regalo porque SI... fuera de lo esperado por horario; es inevitable sentir el cariño, totalmente gratuito. Me hace pensar también en su jerarquía como músicos, capaces de dominar un repertorio extenso que los hace tocar en cada fecha un 50% de su setlist distinto.
La experiencia: no es fácil escuchar a Tool y sumergirse en su lenguaje por 1 hora y 45 minutos. Seguirlos es una tarea desgastante. Y más aún si esperaste 1 hora y media parado, además de una hora de show de sus "teloneros" Los Tres. El contexto de Festival es aguante, y la experiencia me acercó a lo que los creyentes viven en sus peregrinaciones kilométricas llenas de sacrificio.
Y el sonido? muy bien, salvo algunas partes donde me pareció que la mezcla estaba algo desequilibrada, sobre todo en las capas de guitarras, provocando incluso la desorientación de Adam Jones. Por otro lado, ver a Danny Carey sólido sin un toque de más y a Maynard sosteniendo la banda y marcando las entradas "perdidas" con fuerza fue emocionante. También la infaltable falla técnica propia de Chile como el amplificador de bajo de Justin apagado por más de 1 minuto en plena PARABOLA y su reacción de impotencia y enojo. En sus gestos leí perfectamente "por la cresta, primera vez en Chile, lo estoy dando todo y esta porquería no funciona". Por suerte el sonido retornó justo para su "solo" en el quiebre instrumental, lo que desató gritos de euforia y un apoyo incondicional al bajista.
El show de Tool me hizo revisar no solo la historia de la banda; también mi propia historia, recordando hace 25 años a un amigo de foros de internet de Metal hablando de Tool como un fanático religioso, mi incredulidad, y luego mi propio fanatismo forjado ya para para el 2003. La extraña sensación de estar escuchando canciones más o menos "anticuadas" y "adolescentes".. canciones del Aenima de 1996, o del 2006. Fue una revisión transversal, emotiva, espiritual, de vida.
No podía esperar menos de este momento remecedor, que comenzó con la publicación de esta fecha oficialmente el 2024 y que no creímos en un principio, acostumbrados a los anuncios de la visita de TOOL para cada día de los Inocentes durante tantos, tantos años.
Gracias. Nada más que gracias.
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